LA PLAYA RESUCITADA












La playa ha desaparecido. Son los días de las mareas bajas. Se puede caminar hasta casi 500 metros hacia el mar por la arena sin encontrar ni rastro de agua. Hay poca gente porque hace aire y una niebla que va cubriéndolo todo poco a poco.
Cerca de un pequeño charco que ha quedado al retirarse el agua, tres niños juegan bajo la atenta mirada de sus padres. Están más bien aburridos pero pese a todo se esfuerzan en chapotear en el agua o hacer castillos de arena con cubos y palas. Ninguno de ellos supera los 12 años. Y aunque no hay asomo de agua no dejan de recibir advertencias de sus padres para que no se vayan lejos. La niebla se va espesando hasta que ya casi no se ven entre ellos. Dice una voz popular que “tomar el sol bajo la niebla de la playa es lo que más moreno te pone”. Pero esto nadie lo ha probado. Falta tiempo para que se creen las leyendas urbanas. Así as cosas,  los padres deciden que ha llegado el momento de volverse a casa. Se da por concluida la jornada de baños de este oscuro día de verano. Los niños están contentos. Saben que volver a casa, estando de vacaciones, significa también volver a cenar fuera de casa. Y volver a beber fanta, comer calamares, chipirones, bígaros y otras raciones que apenas ven en su tierra natal, tan cercana. La cena es muy divertida. Los padres prueban y permiten probar a su camada una botella de sidra. Sabe a gloria, exclama el padre, aunque probablemente no sepa nada sobre el tema del que habla. Concluida la cena, vuelta a casa. El reparto de habitaciones y la pelea de almohadas que siempre degenera en una salva de tortazos y en el doloroso castigo de varios días sin el MARCA. Al menos, nunca se me castigó sin el AS Color, eso no lo hubiese resistido.
Los que duermen en el sofá-cama del salón, pese a la incomodidad, tienen una suerte muy preciada en aquella infancia. Tienen la tele garantizada hasta la madrugada. Un lujo asiático. 
Así que los dos hermanos que comparten la cama del salón comedor encienden el televisor para ver la película de la madrugada. Pero no hay película. Algo raro ha pasado en Estados Unidos. En la pantalla aparece el presidente Nixon y el locutor español cuenta que está presentando su dimisión como presidente de los USA por el escándalo “Watergate”. A estas alturas, el pequeño de los hermanos ya se ha dormido pero el mayor sigue absorto en el blanco y negro que llega de Washington  intentando entender algo de aquel espectáculo. Y sobre todo, sin explicarse porque los españoles se quedaban sin cine de madrugada. Era el 9 de Agosto de 1974. Fue hace 43 años, aquí al lado.






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Hace tres días se murió Basilio Martín Patino. Un buen cineasta Hizo pocas películas. En el Cine Club Universitario de León, hacia 1979, pudimos ver, entre confusas amenazas fascistas, “Canciones para después de una guerra”, que no me gustó demasiado tal vez porque era una copia muy mala.
Luego, ya en Salamanca, ví “Nueve Cartas a Berta”, la película que renovó el cine español en 1965 y es de visión obligada para todo aquel que quiera saber algo sobre la España de los últimos 50 años.
Salamanca sigue siendo, en gran parte, “Nueve cartas a Berta”. El medio fue el mensaje. Esto puede comprobarse, me explicó el otro día Luis Felipe Torrente, el hijo de Don Gonzalo.  Dice Luis Felipe que hay tiendas que siguen exactamente igual que cuando las filmó Martín Patino, sobre todo las que caen por la hermosa Cuesta de San Pablo.
No volví a saber de Martín Patino hasta 1985 en que volvió a Salamanca para rodar “Los Paraísos perdidos”, para mí, su mejor película. Se necesitaban extras paseando por las calles y allí nos fuimos todos cuantos buscábamos cualquier excusa para no ir a clase. Allí pude ver de cerca la excepcional e hipnótica belleza de Charo López, la protagonista. Aún no he olvidado a aquella Charo tan paciente con todos sus admiradores. Fue una delicia que duró un par de semanas.
De “Los paraísos perdidos” salimos con el Hiperión de Holderlin bajo el brazo. Por entonces fue más paseado que leído. Pero años más tarde he encontrado sorprendentes subrayados en él, hechos con 22 años. Con la fotografía de Alcaine en “Los paraísos perdidos” confirmamos que vivíamos en una ciudad mágica de la que nunca íbamos a marcharnos. Incluso pasó a estar mal visto hacer vida fuera del casco histórico. Todo muy stendhaliano.
Pero lo que no supimos ver entonces fue lo que se escondía tras “Los paraísos perdidos”, el dolor que había movido a Martín Patino para rodar aquel poema musicado, como lo definió Angel Fernández-Santos. Tuvieron que pasar años para que, nosotros, “bellas almas”, pudiésemos comprender lo que había sido el exilio, el desarraigo, los futuros negados por decreto y sobre todo, la lucha por mantener una paciente esperanza para poder volver a casa. Como escribió Novalis: “siempre vuelvo, siempre vuelvo a la casa de mi padre…”.






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20 Responses to “LA PLAYA RESUCITADA”

  1. A ver si te reconozco por las calles de Salamanca. Como escribió Novalis: “siempre vuelvo, siempre vuelvo a la casa de mi padre…”.

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  2. Tiene razón Chema.

    La cuesta de San Pablo, allí ví a Del Bosque.

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    1. Pero si no he dicho nada.
      ch

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    2. Tienes razón hasta cuando callas.

      (La segunda juventud de Sarapo.)

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  3. La primera vez que fui a Salamanca la confundí con Pamplona. ¿y por dónde pasan los toros? le pregunté a mi padre. Mi padre, que de geografía andaba justo, me dijo: pues no sé hijo, no sé. Después volví más veces. Casi siempre para ver perder al Valencia en el Helmántico. He sido testigo de grandes naufragios. Un 4-1 en 1995 y un 6-0 en 1998. Salamanca tiene el pasillo de los domingos por la tarde merodeando por calles de piedra mientras sube la bruma del río. Hubiera sido un buen salmantino. Misa de doce y pastelitos de crema para después de comer. Mujer de pelo cardado y abrigo de astracán. Hijos como el Carioco y sus amigos. Me proyecto fácilmente en esas vidas sobrias y levíticas de resma castellana y vieja. Creo que en Salamanca hubiera sido profesor de instituto, poeta de algún santo olvidado, visitante ocasional del barrio de las putas y cliente de la tienda de deportes de D'Alesandro, por supuesto.

    viejo Casale

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  4. Tu en Salamanca? Al primer frío sales pitando.

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  5. Foca, gracias¡¡¡


    Es PATINO y no PATIÑO, como equivocadamente puse

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  6. el frío húmedo de Valencia en vespa ye mucho más letal que el frío de la meseta. Eso lo sabe cualquiera. No hay manta que te caliente.

    viejo Casale

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  7. Soporífero Maravillas era adicto al ping pong. Radiaba partidas para sí mismo y caminaba por las calles moviendo la cabeza de un lado al otro. La gente pensaba que era un tic. ¡los cojones! Era el ping pong. Un frenesí irremediable le empujaba. Una mañana de abril, bajo la lluvia, Soporífero Maravillas fue al dentista. En plena partida imaginaria contra un japonés le llamó el galeno. Al sentarlo en la butaca, el odontólogo advirtió el movimiento de Soporífero. ¿está nervioso? preguntó. No mucho, es sólo que me estoy jugando el pase a la final. El dentista no entendió nada. En plena faena, el intercambio de pelotas generó un simulacro de muela corrida. Pese a los intentos del dentista, Soporífero no paraba. (continuará....)

    viejo Casale

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  8. A un punto para acabar la partida imaginaria de ping pong y sabiéndose ya en la final, Soporífero empezó a moverse con más rapidez. En un giro inesperado, el dentista le cortó media lengua. Chorreando de sangre, Soporífero imaginó que los cojones del dentista eran las bolas de ping pong. Pensó en el chiste de Jaimito y las bolas de Billar/Villar. Lo pensó pero sin mucho afán. Estaba concentrado en el punto final. Mientras el dentista le arrancaba las amígdalas, Soporífero agitó las pelotas de su mentor con un saque arriesgado que le valió el pase a la final. Memorable.

    viejo Casale

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  9. Menos mal que nunca seré del madrí. Que coñazo chico. Que nacionalismo más tonto. Son como el Barça pero vestidos de blanco y con más altavoces todavía dando por saco.

    viejo Casale

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    1. Solo han jugado cuatro equipos, han ganado y no van ni líderes. Asco de vida, para una oportunidad única que había. Me meo.

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    2. nosotros despacito. Ser líderes en la primera jornada es de subnormales. Además, si Valencia se escribiera con B iríamos líderes. De hecho nunca he sabido porqué Valencia no es Balencia y Barcelona no es Varcelona. Creo que sería más razonable.

      viejo Casale

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    3. Si Valencia fuera Balencia... hubiera ganado el Alavés. Jojojojo.

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    4. querrás decir el Halavés.

      viejo Casale

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  10. Qué estarás leyendo, machiño.

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  11. de repente he recordado algo. Sucedió hacia 2002, cuando aún iba a la peluquera que vivía al lado de mi madre. Me cortaba el pelo de manera clandestina. Era, de hecho, una peluquería clandestina. Ahí estaba yo, haciéndome el dormido, cuando sin venir a cuenta la peluquera me preguntó: ¿y tú a quién prefieres, a Tamara la buena o a Tamara la mala?

    viejo Casale

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  12. escurrí el bulto, que es lo que llevo haciendo desde que nací

    viejo Casale

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